Las infecciones respiratorias agudas (IRA) son uno de los principales problemas de salud entre los niños menores de cinco años, sobre todo en invierno.

Las infecciones respiratorias agudas (IRA) representan uno de los principales problemas de salud entre los niños menores de cinco años en los países en desarrollo. Anualmente, las IRA ocasionan en todo el mundo más de 100,000 muertes de niños menores de un año y un promedio de 300 muertes diarias, la mayoría de ellas (99%) también ocurren en países en vías de desarrollo.1

Tan solo en 2019, las IRA fueron el tipo de enfermedades más comunes en México; ese año, se estimó un total de 24 millones de casos en el país, la mayoría de ellos en niños pequeños de uno a cuatro años, y en adultos de entre 25 y 44 años de edad. El grupo con la menor cantidad de casos fue aquel de la población de más de 60 y menos de 65 años.2

Reconociendo las infecciones respiratorias agudas

Las IRA son enfermedades de las vías respiratorias causadas por un agente infeccioso, cuyos síntomas aparecen varias horas o días después de la exposición a un microorganismo patógeno (bacteria, virus o ambos).3

Las IRA se pueden clasificar en función al sitio anatómico donde se desarrolla la infección: infecciones de vías respiratorias superiores (rinitis, faringitis) e infecciones de vías respiratorias inferiores (neumonía y bronquitis). Estas últimas suelen requerir hospitalización y pueden ser tan graves que llegan a poner en peligro la vida. Cabe destacar que una de las razones por las cuales algunas IRA pueden representar una amenaza a la salud pública es por ausencia de inmunidad de la población.3

Es importante recalcar que en las infecciones respiratorias inferiores, hasta 60% de los casos en menores de cinco años de edad el agente causal es un virus y en una menor proporción se puede tratar de una infección bacteriana.1

Los síntomas más característicos de las IRA incluyen:1,3

  • Fiebre.
  • Escurrimiento nasal.
  • Estornudos.
  • Tos.
  • Congestión nasal.
  • Malestar general.
  • Dolor de garganta.
  • Falta de aire y en ocasiones dificultad para respirar.

Prevención de las infecciones respiratorias

Debido a que los microorganismos que causan las infecciones respiratorias se transmiten por el contagio de persona a persona, principalmente por gotitas de saliva que se expulsan al hablar, toser o estornudar,4 las medidas de prevención de estas infecciones consisten en:3

  • Lavado de manos. Es la medida más eficaz para prevenir las infecciones.
  • Hacer uso de la etiqueta respiratoria. Cubrir la nariz y boca con un pañuelo desechable al toser/estornudar. Depositar el pañuelo inmediatamente en un cesto de basura de pedal, sin tocar la tapa. Si se usan pañuelos de tela, lavarlos con agua y detergente o jabón. Si no se cuenta con pañuelos, estornudar en el ángulo del codo. Siempre lavarse las manos después de toser o estornudar.
  • Conservar la distancia entre personas. Reducir el tiempo que se pasa en lugares concurridos para disminuir la probabilidad de estar en contacto con personas enfermas. Mantener una distancia de un metro (mayor a la longitud del brazo) de personas que tosen y estornudan. Evitar saludar de mano o de beso.
  • Evitar tocarse la cara con las manos sucias. Limpiar y desinfectar los objetos y las superficies que se tocan frecuentemente, usando un producto común de limpieza de uso doméstico (en rociador o toallita).
  • Uso de protección personal. Utilizar mascarilla facial
  • Permanecer en casa cuando se está enfermo. Pero si hay fiebre, tos y falta de aire o dificultad para respirar, se debe buscar atención médica.

Cabe señalar que la COVID-19 es una enfermedad que también afecta las vías respiratorias y cuyo agente causal es el coronavirus, de manera que las medidas de prevención también aplican para esta infección.3

ABC del manejo en casa

Existen tres reglas básicas que se deben poner en práctica desde el momento en el que se identifican señales de infección respiratoria aguda:4

Alimentación adecuada. Para prevenir la desnutrición en los niños menores, es necesario continuar con la lactancia materna o la leche que toma actualmente y con su alimentación habitual. Es probable que el menor tenga la garganta inflamada o irritada, por lo que se deben ofrecer alimentos suaves (cocidos o en papillas). También hay que incrementar el consumo de frutas ricas vitamina C, generalmente son las de color amarillo o naranja.4

Bebidas abundantes. Su consumo facilita la expulsión de moco o flemas. Se deben administrar muchos líquidos, principalmente agua simple. Estos pueden ser tibios para mejorar la molestia de la garganta, por ejemplo, tés.4 Para aliviar los síntomas como la tos y la irritación, se recomienda usar sustancias que produzcan saliva, como las bebidas con miel, limón y agua caliente.5

Consulta oportuna. Una tos o catarro bien cuidado no tiene por qué complicarse. Si el niño presenta uno o más signos de alarma (respiración rápida, agitación más de lo normal, dificultad para respirar, hay pus o secreción en el oído, fiebre de difícil control y dificultad para beber o amamantarse), es necesario acudir con un profesional de la salud para que sea valorado inmediatamente.4