El concepto “Una salud” fue introducido a principios de los 2000s y se enfoca en la idea de que la salud humana y animal son interdependientes y que a su vez están ligadas a la salud de los ecosistemas en los que existen.

Se puede concebir como un enfoque colaborativo para comprender las implicaciones y riesgos para la salud humana y animal, así como la salud del ecosistema en conjunto.

Con el paso del tiempo, este enfoque se vuelve cada vez más relevante, ya que existen muchos factores que han cambiado la manera en que interactúan los humanos, animales, plantas y el entorno general.

  • Las poblaciones crecen cada vez más y se expanden hacia nuevas áreas geográficas, lo cual implica que estén en contacto con animales. El contacto cercano con animales y su entorno favorece que haya enfermedades que se transmitan de animales a personas.
  • La tierra ha experimentado cambios en el clima y el uso de la tierra. Las alteraciones en las condiciones ambientales y prácticas agrícolas pueden fomentar que las enfermedades se transmitan a los animales.
  • El movimiento de personas, animales y productos animales ha crecido por viajes y comercio internacional. Como resultado, las enfermedades pueden traspasar fronteras y propagarse rápidamente por todo el mundo.

Lo anterior hace que se vuelva fundamental la suma de esfuerzos que promuevan proyectos enfocados en los peligros en materia de inocuidad de los alimentos, los riesgos de zoonosis y otras amenazas para la salud pública en la interacción entre seres humanos, animales y el ecosistema, además de proporcionar orientación sobre el modo de reducir estos riesgos.